Siempre hemos dicho que los niños son observadores e imitadores y hacen lo que ven hacer a sus padres y hermanos mayores. Quieren comer lo que ven a sus padres comer y si sus padres hacen ejercicio físico, ellos les imitan. Y es desde niños, en el entorno familiar, cuando se van instaurando los hábitos de vida saludables: alimentación sana y equilibrada y práctica de actividad física. El refuerzo de estos hábitos en el colegio es fundamental.
Nuestras autoridades sanitarias, a través de planes específicos, no cesan en su intento de promover la práctica de este binomio, que bien debiera ser indisoluble durante toda nuestra vida: alimentación saludable y actividad física, además de impulsar patrones de vida más activos.
En España, en el año 2005 se puso en marcha la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (NAOS). Fue la respuesta del Ministerio de Sanidad y Consumo a las actuaciones promovidas por la Organización Mundial de la Salud para que los gobiernos establecieran medidas específicas ante los problemas que se plantean por la obesidad y el sedentarismo. El objetivo de la misma es sensibilizar a la población del problema que la obesidad representa para la salud, y de impulsar todas las iniciativas que contribuyan a lograr que la ciudadanía, y especialmente los niños y los jóvenes, adopten hábitos de vida saludables, principalmente a través de una alimentación saludable y de la práctica regular de actividad física.
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Buenos hábitos desde la infancia
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