¿Hombros o costal?
Aunque en la actualidad, en la Semana Santa granadina es mucho mas frecuente que los costaleros porten los pasos a hombros, desde hace años hemos ido observando como algunas cofradías han comenzado a utilizar el costal, hecho éste que algunos no han dudado en llamar como integrante del fenómeno de la ‘sevillanización’ de nuestras tradiciones.
El hecho es que la forma de portar los pasos es y ha sido un tema de continuo e intenso debate. Los mismos costaleros suelen preguntarnos a los médicos que, entre otros temas, nos encargamos del cuidado de la espalda (algunos de ellos acuden a los cursos de ‘Escuela de Espalda’ que dirige el Centro de Medicina Deportiva del P. M.D.), nuestra opinión sobre cual es el método mejor y más saludable para su columna vertebral: a hombros o a costal. Ambos métodos tienen ventajas e inconvenientes.
Refiriéndome en primer lugar a la forma de portar los pasos a hombros, debo reseñar que una de las grandes ventajas que presenta es que la ‘igualá’ (la talla de los costaleros y su distribución en el interior del paso) no tiene porqué ser tan precisa como con el costal, ya que si el costalero toma más peso del debido, se puede ‘aliviar’ adelantándose un poco o por el contrario, coger más peso si se retrasa ligeramente.
Ventaja ésta que se puede convertir a su vez en un inconveniente, ya que, aunque evidentemente este hecho no ocurre, al costalero que no esté suficientemente motivado le resulta fácil aliviarse sin que nadie se entere. Además, este método se adapta perfectamente a la orografía tan complicada de nuestra ciudad, en la cual están presentes empedrados irregulares, escalones y pendientes muy pronunciadas y salidas desde los templos a rodillas.
